El pasado 20 de septiembre, en el Complejo San Miguel de Hermanas Hospitalarias, se celebró el I Encuentro de usuarios voluntarios. El objetivo era visibilizar el rol social de usuarios y usuarias y, al mismo tiempo, compartir experiencias de voluntariado dentro y fuera de la Institución.
La crónica de un participante resume este día:
«Las personas son como las casas, a más de fachada, más llenas de habitaciones están.
Una forma de ver, caminar y respirar el mundo… de aprender a abrir esas habitaciones aunque no se tenga hogar.
Formar parte del voluntariado nos ayuda a descubrir algunas de esas habitaciones…, salir a las calles e intentar abrir esas puertas, tan selladas, de las personas en exclusión social.
Es una tarea que, más que aguantar con el cuerpo se aguanta con el corazón.
Porque donde no llegan ni los políticos ni los recursos nos llega el pulso del corazón… y de repartir corazón aquí sabemos más que de política…
Lo que sorprende es como esas personas a las que nos les dan lugar en la sociedad, son capaces, no solo de dejarte entrar en alguna de esas habitaciones sino que son capaces de abrir en uno mismo rincones y puertas que después difícilmente puedes cerrar…
Por eso y porque por dentro y por fuera está hecha de personas con nombre y apellidos Hermanas hospitalarias y nuestro voluntariado forma parte de nosotros como lo forman nuestras extremidades…
Como lo forma una mano para agarrar a otra cuando lo necesita, como lo forman los brazos para abrazar, como los ojos para descubrir, como las piernas para temblar, como el corazón para palpitar y como los labios para no dejar de sonreír incluso cuando ni siquiera se tiene salud…
Las huellas y las ganas no se limpian ni se borran, prima el repartir panes y peces en forma de solidaridad.
Sacar el alma y la conciencia de voluntario, de compartir.
Como un árbol para cuidarlo y para que crezca, hay que regarlo.
Deseando llegue el día en que los voluntarios no hagan falta…hasta entonces nuestra piel, nuestra conciencia, nuestros ojos y nuestras manos, despiertan bajo el árbol de hermanas hospitalarias y sueñan sobre la acera de…
…Las personas son como las casas, a más de fachada, más llenas de habitaciones están.»
Mar Rodríguez