Durante el pasado mes de abril, alrededor de 100 profesionales de Clínica San Miguel – Línea de Rehabilitación Psicosocial, de Hermanas Hospitalarias, han visitado la “Casa Madre” de la Institución ubicada en Ciempozuelos, Madrid.
Compartimos el testimonio, en primera persona, de una hermana que acompañó a los profesionales en su visita.
Sobre las 10,30 h. llegábamos a Ciempozuelos, cuando a la entrada del pueblo ya habíamos leído, con sorpresa, el letrero indicativo: VILLA HOSPITALARIA. Después de sortear varias calles estrechas, nos encontramos frente a dos edificios bien distintos: uno, en su día primera casa de las Hermanas Hospitalarias y que según fuimos informadas, sin posibilidad de modificar su estructura externa, pero bonita; el otro moderno, siempre en proceso de reestructuración y mejora para el bienestar de los pacientes.
Formábamos el grupo, tres hermanas y 35 colaboradoras de Clínica San Miguel – Línea de Rehabilitación Psicosocial. Ninguno de los colaboradores había visitado la casa y todos venían con el mismo objetivo: conocer los orígenes de la Congregación de las Hermanas. Nos animaba la curiosidad y el interés pues habíamos respondido a la propuesta de forma voluntaria.
A la puerta ya nos esperaba la hermana Francisca que, con su saludo de bienvenida, nos anima y se dispone a dedicarnos una intensa mañana informativa y vivencial.
Entramos al museo: una sala, otra y otra, vitrinas, objetos, láminas, ropas… Todo encierra una historia que la hermana describe con entusiasmo:
- Llegada del P. Benito Menni a España, con 26 años, a restaurar la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios
- Búsqueda y respuesta a las necesidades más urgentes en aquel momento
- Enfermero en las guerras carlistas
- Fundación, con Mª Josefa Recio y Mª Angustias Giménez, de la congregación de las Hermanas Hospitalarias. Llega la hora de que las mujeres con enfermedad mental sean atendidas como se merecen. Fallecimiento de Mª Josefa Recio a los 37 años
Toda una vida entregada a los enfermos y vulnerables, una vida llena de fatigas y contratiempos, de pruebas y calumnias; llevado a los tribunales y absuelto. Un hombre de Dios que gastó su vida al servicio de los enfermos, promoviendo su dignidad, su rehabilitación y regreso a la familia, abriendo nuevos caminos y dejando muchos seguidores, hombres y mujeres, que hoy compartimos el carisma de la HOSPITALADAD, y que llevamos el mensaje y el legado de San Benito Menni, día tras día, mediante nuestra dedicación y nuestro trabajo.
Después del descanso, y el café, visitamos la capilla en la que oraban las primeras hermanas y finalmente el panteón de los Fundadores. Allí, un momento silencioso e intenso, reposando lo escuchado y lo vivido y con algunas breves intervenciones al final.
Y llegó la hora del regreso. Agradecimos a la Hna. Francisca su información y compañía, después partimos contentos. Habíamos conocido a compañeros de otros centros, nos sentíamos más dentro de esta gran familia hospitalaria y con la certeza de que el Señor y muchos pacientes/usuarios, familias, llevan escritos en su corazón, nuestros nombres.
Sor Carmen Ugarte, Hermana Hospitalaria