Hoy es un día para la alabanza y la acción de gracias. Comenzamos la oración de la mañana con la renovación de votos de consagración hospitalaria de nuestra hermana Deena.
Un acontecimiento especial para ella y para todas nosotras, en la que hemos dado gracias a Dios por su llamada y por su respuesta a seguirle en el camino de la hospitalidad y al servicio de los enfermos sus vivas imágenes.
Dios la llama por su nombre y le encarga la misión de ser mensajera de la hospitalidad allí donde las personas necesitan el cuidado, el amor y la misericordia ejercida desde el carisma hospitalario.
Una celebración que aunque vivida dentro de nuestra situación actual de confinamiento, nos ha permitido sentirnos unidas a cada hermana de la Congregación y a dar gracias a Dios por cada una de nosotras.
Nuestra oración, y recuerdo para tantas personas en nuestro país y en el mundo entero están sufriendo a causa de la pandemia. Que Dios padre de misericordia permanezca junto a nosotros, acoja a los que han muerto, sane a los enfermos y no aparte de nosotros su compasión.